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     Los tubérculos son alimentos beneficiosos para la salud y suelen estar al alcance de todos. En el mercado encontramos infinidad de ellos, pero en esta ocasión vamos a destacar unos debido a su gran aporte nutricional y funcionalidad orgánica, se trata de los boniatos.

     Los boniatos (de la familia convolvulaceae, género ipomoea y  la especie batatas) son tubérculos originarios de Oriente, concretamente de Japón, donde gozan de gran popularidad a causa de los usos que se les da para conseguir una alimentación sana y equilibrada además de tener varias aplicaciones medicinales que no debemos pasar por alto, y que de hecho  a continuación vamos a destacar:.

  El boniato es un alimento rico en líquidos, concretamente entorno a un setenta por ciento de su contenido es agua, lo que le convierte en un alimento ligero y fácil de digerir. Pero no solo esto es lo que hace que lo destaquemos, sino que su  contenido en proteínas es digno de mención.

   Como revela su color anaranjado de la pulpa el boniato es rico en vitamina A, en forma de betacaroteno, casi tanto como la zanahoria, aunque también destaca su contenido en vitaminas C, E, B6, B5, B1 y B2.

     También posee un alto contenido en fibra, que lo convierte en un alimento importante a la hora de mantener el organismo libre de toxinas y demás sustancias que lo ponen en riesgo. Este gran contenido en fibra hace del boniato un alimento ideal para las personas que quieren mantener la línea, ya que es la mejor manera de eliminar los residuos del organismo.

     Es muy recomendado en personas con asma y para reforzar el sistema inmunológico. Su alto contenido en líquido y su poder depurativo nos ayudará a mejorar los procesos digestivos, además de favorecer el tránsito intestinal. Su consumo es muy  aconsejable  para fortalecer y mejorar el estado de la piel, el cabello y la vista. También ayuda a prevenir las cataratas.

    Tiene un alto contenido en flavonoides los mismos que regularizan los procesos circulatorios. En sinergia con el potasio, modera la hipertensión. Gracias a este último componente, incide en la visión nocturna mejorándola sustancialmente.

  Por su contenido en ácido fólico, la batata está muy recomendada durante el embarazo y la lactancia.

    Los pequeños capilares cerebrales también pueden beneficiarse de este alimento, ya que los mantiene en forma, mejorando, por tanto, la concentración, el estudio, la templanza nerviosa y la memoria a corto plazo.

    Por su proteínas, es un básico de las dietas veganas.

   Junto a esto, además  se le atribuyen propiedades  para los trastornos  cardiovasculares,  ya que se le considera un aliado a la hora de mantener los niveles de colesterol del organismo.

  Una de las propiedades del boniato más beneficiosas para la salud es su efecto antioxidante. Además de los numerosos compuestos con esa actividad que contiene y las sinergias que se producen entre ellos, los niveles de algunos son muy altos y su acción se mantiene tras cocinar el alimento.

   El glutatión interviene en la eliminación de los radicales libres y de toxinas como el cadmio, el paracetamol o algunos contaminantes del tabaco. Además potencia la actividad de otros antioxidantes como la vitamina C y E, y ayuda a regenerar esta última.

   El betacaroteno ayuda a prevenir  ciertos tipos de cáncer, algunos expertos lo recomiendan para la prevención del cáncer del pulmón.

    El boniato o batata violeta es además rico en antocianinas, uno de los pigmentos que le dan su bonito color, también de acción antioxidante, y que resultan beneficiosas para reducir la inflamación en ciertos trastornos como la artritis reumatoide, la artrosis o el asma.

    El otro beneficio destacado del boniato, aunque se requieran más estudios en esta área, es su capacidad para estabilizar el nivel de glucosa en la sangre y reducir la resistencia a la insulina, lo que lo haría adecuado en casos de diabetes.

       Su carga glucémica estimada, una vez cocido o asado con piel y sin sal, es de 7, lo que indica que al transformarse la glucosa pasa lentamente a la sangre sin provocar subidas bruscas de insulina.

     Es importante que  tengamos todo esto en cuenta para que el boniato deje de ser un tubérculo exótico y pase a convertirse en algo habitual en nuestra dieta cotidiana.